Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras los hombres no escuchan. 28 09 2020.

 



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El planeta se enfrenta a una crisis sin precedentes que solo se podrá revertir atajando las causas que la han provocado.
Un millón de especies se encuentran en peligro de extinción, una cifra sin precedentes
La deforestación en zonas tropicales está relacionada con la transmisión de enfermedades como la generada por el covid 19
Naciones Unidas alerta que la principal causa de pérdida de biodiversidad en el mundo, por encima de los impactos derivados del cambio climático, son los cambios en el uso del suelo.
El informe del IPBES (Panel Internacional de Expertos en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos) de Naciones Unidas, publicado el año pasado por primera vez desde hace 14 años, señala que el impacto humano está causando una pérdida masiva de especies y arroja conclusiones aterradoras: un millón de especies se encuentran al borde de la extinción, una cifra sin parangón en la historia de la humanidad. De hecho, la desaparición de la biodiversidad global está ocurriendo mil veces más rápido que si ocurriera naturalmente.
“En plena crisis del covid 19, cabe recordar que los ecosistemas intactos proporcionan barreras naturales a enfermedades como ésta. El dinero público no debería invertirse en rescatar a las empresas más contaminantes sino a cuidarnos protegiendo la naturaleza, y a permitir la transición de las personas trabajadoras hacia empleos verdes, apoyando también una España rural que nos brinde lo que necesitamos para una vida sana”.

Aumento de deforestación = aumento de enfermedades

Si bien la pandemia del covid 19 puede parecer un evento único en este momento, no es una excepción: es solo la última de muchas enfermedades zoonóticas que han cruzado de animales a humanos, desde SARS a H1N1 (gripe porcina), de la gripe aviar al ébola. Las actuales dinámicas de destrucción de la naturaleza están detrás del salto de patógenos desde la fauna salvaje a los seres humanos, las conocidas como zoonosis. Así, los científicos han señalado que la deforestación en zonas tropicales ha estado entre los principales factores de transmisión de enfermedades y obliga a la comunidad internacional a poner fin a la expansión agrícola para la producción de materias primas (carne, soja, aceite de palma…) en países como Brasil o Indonesia. Esta realidad hace imprescindibles nuevas políticas en la UE para impulsar el fin del comercio mundial de vida salvaje y también una política agroalimentaria que rompa la dependencia de estas materias primas.

Amazonas: una de las mayores concentraciones de biodiversidad del planeta amenazada. 

Según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE), en los primeros cuatro meses de 2020, las alertas de deforestación en tierras indígenas en la Amazonía brasileña aumentaron un 64%, en comparación con el mismo período del año pasado. Esto significa que 1.360 hectáreas de bosque, equivalentes a 1.865 campos de fútbol, ​​fueron deforestadas dentro de los territorios indígenas de enero a abril de este año.

En los últimos cuatro años, se han descubierto 600 nuevas especies de plantas y animales en la Amazonía, a pesar de las dificultades con las que se encuentra la investigación en este país y los recortes de presupuestos que afectan a la ciencia y la conservación del medioambiente. Pero, desafortunadamente, muchas de estas especies solo se identifican cuando su hábitat y existencia ya están en grave riesgo, debido a la deforestación para expandir la frontera agrícola, la tala ilegal y el robo de madera, la minería y las obras de infraestructura. Estamos perdiendo riquezas que ni siquiera sabemos.

El peligro en los océanos

El 66% de los mares muestra una alteración severa por el impacto humano, lo que está provocando el declive en la cantidad y diversidad de vida marina. Sabemos más de la superficie de la luna que del fondo de los océanos.Entre 2000 y 2010, se censaron más de 6.000 nuevas especies desconocidas hasta la fecha en aguas abiertas. Esto indica hasta qué punto es desconocida la biodiversidad marina en alta mar. Precisamente seis de las siete especies de tortugas marinas están en peligro de extinción.

Los actuales mecanismos para proteger los océanos no están funcionando. A día de hoy, sólo el 3% de las aguas internacionales están protegidas y no hay instrumentos legales que permitan la creación de santuarios en aguas internacionales. Greenpeace reitera la necesidad de un Tratado Internacional de los océanos que proteja, como mínimo, el 30% de los océanos para 2030...

Greenpeace


Aprender a proteger la biodiversidad. 


Pérdida de la Biodiversidad.





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