Reflexiones del 15 al 19 de Octubre
La pobreza, un problema de derechos humanos
En todo el mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
"En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza", tal y como se asegura en el prefacio sobre Los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos .
La pobreza no es solo una cuestión económica. Por ese motivo, debemos dejar de observarla exclusivamente como una falta de ingresos. Se trata de un fenómeno multidimensional que comprende, además, la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad. La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos, pues se caracteriza por vulneraciones múltiples e interconexas de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, y las personas que viven en ella se ven expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad. Reducir la pobreza y erradicarla es por tanto una obligación de todas las sociedades.
Hace ya 30 años, el 17 de octubre de 1987, el padre Joseph Wresinski —una de las primeras personas que puso en evidencia el vínculo directo entre los derechos humanos y la extrema pobreza— hizo un llamamiento para luchar contra esta lacra, animando a conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema. Cinco años después la Asamblea General, inspirada en ese llamamiento, declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (resolución 47/196) .
Unirse a los más excluidos para construir un mundo donde los derechos humanos y la dignidad sean universalmente respetados
Este año, que celebramos el 70º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es importante recordar el vínculo fundamental que existe entre la extrema pobreza y los derechos humanos, y el hecho de que las personas que viven en situación de pobreza se ven afectadas de forma desproporcionada por numerosas violaciones de los derechos humanos.
http://www.un.org
James Robert Kennedy (Cuba Gooding Jr.) es un chico solitario y retraído al que todos llaman Radio, debido a su famosa colección de aparatos de radio y a su afición a la música. Vive en Anderson, una pequeña población de Carolina del Sur, donde empuja su carrito calle arriba, calle abajo. No acostumbra a charlar con nadie, pero un buen día el entrenador Harold Jones (Ed Harris), responsable del equipo de fútbol americano del instituto, empieza a hablar con él. Poco a poco se van haciendo amigos, e incluso pide la ayuda de la madre del chico (S. Epatha Markerson). Ahora el joven requiere toda la atención por parte del entrenador, quien le abre un mundo nuevo. Le invita a ayudar en los entrenamientos, en los partidos, y se sienta en sus clases, aunque eso no sea del agrado de la directora del instituto. Pero la vida del entrenador Jones también está cambiando desde que conoce a Radio, puesto que valora más la amistad y la familia. Pero hay gente en el pueblo que cree que está dejando de lado su trabajo como entrenador del equipo, y por eso empiezan a entrometerse con el fin de alejar a Radio del entrenador. Primero expulsándolo de clase, y tras la muerte de su madre, intentan encerrarlo en una institución psiquiátrica.
La lluvia se ausenta
Tus ojos su manantial es de nobleza
Los ríos que secan
los gritos de un poder sin conciencia
Agua quiero ser pa' darte de beber
Pa' calmar la sed de tu irritada piel
La lluvia nos llega
Tu alma nunca pierde su limpieza
La tierra se quiebra
El miedo y el hambre ya no entienden de
fronteras
Por un segundo contigo
Mi alma se hizo más grande
Le digo al dios del olvido
que hemos venido a ayudarte
Por un segundo contigo
mi corazón es más grande
Le digo al dios del olvido
que hemos venido a ayudarte
En tu desierto dejo el corazón,
mi corazón.
Un corazón auténtico hace que las manos se emocionen (emocionarse)